El triunfo del humanismo

Está claro que a ambos lados del Atlántico vamos a divergir en todo lo referente a cómo abordar los dilemas éticos que pone sobre la mesa el desarrollo de las tecnologías más disruptivas. Hay claras diferencias sociales y culturales que ya nos separan y que constituyen, de hecho, la base de una necesaria diversidad.

Aún así, desde esa divergencia, nos une la perentoria necesidad de convertir los avances tecnocientíficos en “innovación social plena” sin detrimento de un estado del bienestar que hemos llegado a dar por garantizado, a pesar de tener una guerra en las puertas de casa e innumerables conflictos en zonas del planeta donde nuestro entendimiento no alcanza a llegar sin una imagen cruenta en una pantalla.

La humanidad se debate entre la ética y el progreso

Los recientes, continuos e innumerables logros que nos regalan las realizaciones técnicas de ciertos tipos de inteligencia artificial, se han constituido en un acicate para el necesario debate alrededor de la conveniencia de su adopción generalizada, poniendo sobre la mesa una serie de cuestiones éticas que no pueden obviarse.

Protección de derechos y libertades frente al necesario incentivo a la innovación tecnológica: ese será el foco del debate que tuvo lugar el pasado jueves en la ULPGC promovido por el Club de Humanidades de dicha institución y que también volver a ver en diferido desde el canal de YouTube de la ULPGC.

La fascinación y el miedo que provocan las diferentes encarnaciones de la IA son ya parte de nuestro imaginario social y cultural… de la misma forma que lo son las sospechas de que algunas de las herramientas que encontramos cada día en los titulares pueda estar dando muestras de destellos de una Inteligencia Artificial General.