La Inteligencia es una y trino

No os llevéis a equívoco. A pesar del título, no voy a convertir esa humana cualidad en un mito teológico, ni la pretendo tratar como deidad más propia de la secta mayoritaria en esta parte del mundo.

Huye de tu cuñado

Tampoco quiero discutir aquí las bondades de la aproximación de Gardner sobre las inteligencias múltiples. Se trata solo de poner un momentito el dedo sobre la llaga y recordar a nuestra amable lectora que el interminable debate sobre el supuesto reemplazo de fuerza laboral que pueden propiciar las máquinas dotadas de cierta “inteligencia” empieza a consolidarse como un lugar común carente de una base argumental creíble. Es decir, que se convierte en pasto para el “cuñadismo”.

Me ha parecido interesante traer aquí la reflexión que hacían en un artículo reciente de la HBR al respecto. Recogían los autores el comentario de David De Cremer al respecto: suponer que una máquina puede reemplazar a una persona implica afirmar que poseen habilidades similares, al menos desde la óptica de los procesos productivos donde se les contextualiza.

Eso es falso por muchos motivos: por un lado, está claro que las máquinas nos superan con mucho en la realización de tareas mecánicas y repetitivas (AI1 o Inteligencia Artificial en el artículo) que generalmente entran dentro de lo que se conoce como Inteligencia Artificial Blanda y que incluye cosas como el aprendizaje automático; mientras que, por otro lado, es evidente que las máquinas son todavía incapaces de emular capacidades de lo que se ha dado en llamar Inteligencia Auténtica (o AI2 en el artículo de marras), que no es otra cosa que lo que en el gremio se conoce como Inteligencia Artificial Fuerte.

Los autores del artículo introducen un tercer tipo de inteligencia, la Inteligencia Aumentada (AI3), que combina AI1 y AI2 de manera natural, evidenciando el hecho de que, tal y como afirma Irwing Wladawsky-Berger en su análisis, el futuro del trabajo no es un juego de suma cero; es decir que no se trata de contabilizar máquinas o “inteligencias artificiales” que entran por los humanos que salen del sistema, sino que se trata de gestionar un escenario necesariamente híbrido en el que convivirán (coexisten ya de hecho) humanos y máquinas.

e-Fumérides

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Antonio Fumero