¡Por una Globalidad más sostenible!

Con un sentimiento de globalidad acuciante en gran parte espoleado por la actual situación sanitaria y una sensación de urgencia ineludible, todo tipo de instituciones se han arremangado para poner a punto sus propios marcos estratégicos, que deben dar cobertura a los planes y acciones concretas de todos los agentes socioeconómicos. Hablamos claramente de una responsabilidad compartida por todos.

¿Te suena?

Ayer nos sorprendía la muerte del popular Justo, antiguo fraile cisterciense, desahuciado en tiempos por la tuberculosis y que, tras su curación, dedicaba su vida al proyecto que le daría fama mundial, One Man Cathedral.

En ocasiones, los ODS se nos antojan un tanto lejanos por su dimensión colosal; pero al igual que Justo, desde la acción individual, con un objetivo claramente definido, podemos ser capaces de acometer obras con un impacto que nos trasciende como individuos.

Más allá de su aspecto «bucólico», los ODS se han convertido en el lugar de encuentro para las aspiraciones de globalización de todo un mundo de sensibilidades y singularidades locales. En todos los rincones del planeta, y parece que con particular visión humanista, en Europa, se han venido desarrollando en los últimos años una plétora de iniciativas destinadas a su consecución.

El pasado día 25 de noviembre se celebró en la sede tinerfeña de la Presidencia del Gobierno de Canarias uno de los encuentros previos a la presentación en sociedad de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible, Canarias 2030. En este caso se trataba de congregar agentes del mundo del trabajo y la empresa. Fue un encuentro breve, sobrio, en el que se daba pié a una mesa redonda extendida al público asistente en un evento híbrido, (ver)

Las intervenciones recogían, de alguna manera, las diferentes sensibilidades que han sido integradas en el documento, que partían de una muestra diversa de asociaciones empresariales y colectivos con distinta capacidad de representación: empresarios, autónomos, tercer sector, etc. Algunas eran reivindicativas, otras de carácter político; pero el sentir generalizado era el de satisfacción por el resultado obtenido, precisamente por la integración de todos sus sentires y de reconocimiento a la profesionalidad y pasión demostradas por el equipo responsable de coordinar una tarea colosal de análisis, participación, consenso y síntesis que ha culminado en el marco estratégico que verá la luz previsiblemente antes de fin de año.

Mi breve contribución, haciendo explícito también el reconocimiento a David Padrón por liderar este esfuerzo, se quiere centrar en dos aspectos fundamentales que, en ocasiones, pasan inadvertidos.

Por un lado, me interesa poner el foco en el hecho de que cuando hablamos de los ODS no estamos hablando de «nuevos» retos para nuestra característica globalidad, sino de un esquema de gobernanza para realizar nuestros futuros posibles dentro de un escenario de viabilidad para nuestra construcción social compartida que se apoya en el carácter sistémico de esos retos. Siendo esto así, la agenda, considerada como herramienta, debe tener como principal virtud su capacidad para articular las acciones concretas que ya existen, las que se están definiendo y las que vendrán, a todos los niveles, a partir de ese carácter sistémico de los retos a los que todos nos enfrentamos desde nuestra propia singularidad.

Por otro lado, es importante destacar el carácter participativo del proceso de construcción que se ha seguido. Es el atributo fundamental que ha servido para que los agentes involucrados hayamos conseguido apropiarnos, en diferente medida de un instrumento de cambio social y económico de tal calado. Es esa «apropiación» la mejor estrategia para que su implementación llegue a todos los rincones de nuestra sociedad. Para consolidar el carácter sistémico de este instrumento y asegurar la participación de todos los agentes socioeconómicos en la implementación de acciones concretas con el impacto necesario a nivel local, se señalaba desde la sala la necesidad de diseñar intervenciones educativas y formativas específicas a todos los niveles.

El ejemplo del sector de la apicultura, representado también entre el público asistente de la sala, nos servía para entender la trascendencia que puede tener en términos de sostenibilidad una actividad productiva con un modesto peso económico; lo cual debe servir también para interiorizar la necesidad de implantar en todo tipo de organizaciones un doble balance, económico y social.

e-Fumérides

¿Cómo lo veis? El tiempo apremia y es muy fácil caer en la autocomplacencia que provocan ciertos atributos «bucólicos» o «emotivos» de la propia formulación de los ODS. Se trata de convertir una urgencia a nivel global y colectivo, en compromiso y acción a nivel local e individual. En Edosoft ya solo trabajamos en productos y soluciones que han de asociarse, necesariamente, a alguno de los ODS, con sus correspondientes métricas de impacto… ¿Y tú? ¿Qué acciones has puesto en marcha desde tu organización para contribuir con los ODS? ¿Crees que son alcanzables?